Thursday, April 25, 2013

Hoy me desperté y me acerqué al espejo y aún soy la última imagen que tienes de mí contigo. Me veía bonita y me había pintado los labios de colores. Mi mamá me enseñó cuando era más pequeña a pintar también mis ojos, pero nunca pude. No aprendí, tampoco aprendí a decir adiós ni a ser tan fuerte como los héroes del cine. A mí siempre me asustó todo. La sala, ¿Te acuerdas de eso? ¿ Del vacío en el estómago cuando escuchábamos los murmullos de la gente? Me acuerdo de esa muñequita de pelo largo y labios de colores que corría de un lado a otro con su corazón pegado con colbón. Le puedes decir, si la vez, que quiero volver a jugar con ella, que quisiera verla para regalarle mis chocolates de todos los sabores? Dile que le prometo que cuando nos veamos, vamos a jugar otra vez a la felicidad, prométele que cuando ella cierre sus ojitos para siempre, yo le voy a contar un cuento sobre los héroes y los tesoros, como los de antes, y no va a doler más el corazón.

Dile que le pido perdón y que la espero en mis sueños. ¿Me esperas entonces, mientras duermo?