Sunday, November 30, 2008

No pude terminar de leer la misma página 65 en la que había quedado exactamente hacía ocho días, cuando también era domingo...Ya se volvió rutina ver mis ojos rojos frente al espejo y tus manos desgastadas por el trabajo. Tu me odias en el fondo Adelaida y yo soy culpable de cada una de las arrugas de tus manos. De cada uno de los cortes en los brazos que crees logras disimular debajo del blanco blanco de las mangas largas de tus vestidos. Y me olvido de eso, desde el lunes hasta el viernes, cuando me sirves el almuerzo y me das la bendición antes de irme a dormir. Me olvido de que no me quieres y me despido con un beso cuando salgo en las mañanas...Me olvido de cuando te suplicaba desde tu vientre que no me trajeras al mundo, que nunca iba a querer a papá y mucho menos a mis hermanos. Que no te iba a querer a tí, porque todos los domingos me acordaría de lo mucho que me odías tu a mi...Ya faltan cuatro horas para que empiece el lunes. Contaré cien mil estrellas por cada hora que pase, así mientras me voy olvidando de que hoy fue domingo.

Wednesday, November 19, 2008

Voy a jugar a que no siento nada...Ni tu olor, ni tu calor, ni tus golpes, ni tu saliva...Y me voy a hacer la que lo desconoce todo de tí: tus palabras de amor, tus silencios (largos silencios) y tus groserías...Y no me voy a mover nunca más. No me voy a parar de ésta silla...No voy a hablar, sólo voy a mirarte pasar, desde lejos...

Mamá, ¿y si no soy capaz? Ayer lloré como cuando no me quisiste comprar a Sangui, la muñeca de ojos verdes y pelo marrón con zapatos de charol, lloré y lloré hasta que dejé de sentir los ojos, hasta que me olvidé de todo..Mutilé mi cuerpo, un tono morado, dulce como las uvas, dio color a mis brazos, a mis piernas que habían dejado de moverse poco a poco. Aun las miro y me parecen lindas...¿Así era ocmo te gustaban a ti, no?..

Ahora espero que llegue el sueño y que se lleve con él todo lo que de mí queda aún en éste cuerpo...Que se lleve mi memoria y con ella, todos mis recuerdos...

Monday, November 10, 2008

Así me lo imaginaba. No había contemplado ni el brillo en los ojos, ni el corazón que late como un condenado, ni la espera, la angustiosa espera...Pero en el fondo, en alguno de mis sueños (lo más profundos, esos que son como verdes con amarillo) me había soñado así...enajenada...Esclava...Torturada....Violada....Tal vez, me faltan años para no sentir ésta tristeza cuando pienso en mis sueños, o un par de tragos o qué se yo....En mis sueños ingenuos.... La ingenuidad tiene ese poder maldito (sí, maldito) de no pedir permiso, de no tocar la puerta y plantarte un beso en la boca que te quita cualquier tipo de virginidad. Y luego, se va sin despedirse, sin mirar hacia atrás y darse cuenta que ahí estás...sin fuerzas, sin ganas ya de nada, con el único deseo de cerrar los ojos y sumergirte en tus propias lágrimas y desaparecer....desaparecer mientras te acuerdas del dulce recuerdo que ahora son tus tristezas, tu ingenuidad empacada en papel de seda y marcada con crayones de todos los colores.

Ahora, lloro mientras desaparezco...Pero voy a estar bien....