Friday, June 06, 2008

Hoy, cuando me desperté sólo tenía un ojo. El derecho. Cuando mami me vio, me abrazó y me dijo que fue por culpa de la almohada. Y tal vez sí, porque es una almohada aburrida, sin gracia. Mi hermana, en cambio, me dijo, como siempre, que había sido culpa mía y sólo mía. Que nadie soporta tanta presión y tantas lágrimas y que seguramente me había quedado dormida sin darme cuenta que el ojo aún lloraba y trataba de respirar. En ese caso, recalco que habrá sido sin culpa.

Ahora bien, ver el mundo con un solo ojo es llevadero...Siempre me había preguntado cómo los cícloples veían el mundo , en las historias que mi papi me contaba cuando pequeña. Y ahora lo sé. Y es llevadero. De hecho, me gusta más el mundo así: a la mitad: caras, cuerpos, floreros, sopas, cucharas, techos, teléfonos, ventanas, brasieres, imperfecciones, errores, mentiras, tristezas....todos a la mitad.

Pero debo admitir que fue terror cuando me ví al espejo. Me di cuenta que sólo tenía las piernas y que todo lo demás había desparecido hace mucho tiempo. Mi otra mitad ya no estaba...y quién sabe desde cuánto vivo cortada por la mitad. ¿Mami, papi, y demás no se habían dado cuenta nunca(o no me habían dicho) que cuando me dan la mano, los estoy saludando con las piernas, porque mis brazos ya no los tengo, desaparecieron?

Pero, bueno, es divertido. Hoy por ejemplo me quedé en la cama, mirando al techo y moviendo las piernas al compás de una canción que me gusta... podría durar así toda la vida. Sin nada más. Mami me mira con pena, y mi papi, con lástima. Piensan que me conformo con muy poco. Y si, yo me conformo con eso, incluso con menos, pensaría. No quiero nada completo. No me hace falta nada porque no quiero que me haga falta nada. Así estoy bien. Estoy cómoda. De mí siempre sólo quise la mitad.