Friday, July 13, 2007

Ayer, en el aeropuerto

La chica morena de siete años cubre su rostro con la falda a cuadros de su madre. El padre le lanza un beso desde detrás de la línea amarilla, pero ella no lo quiere mirar. No entiende porqué su padre le dejó una pelota de baloncesto en su cama. La madre cubre los ojos de la chica y difraza sus lágrimas con una tímida sonrisa.

El padre avanza dos, tres, cuatro pasos. Se distrae con las monedas en el bolsillo de su pantalón, con los papeles que estén en regla, con la última instrucción que dio antes de despedirse para siempre: un, dos, tres, levantas la mirada y encestas.

La chica suelta la mano de su madre y cruza la línea amarilla. Se escabulle, aplicando las mismas reglas que el padre le enseñó para no dejarse quitar la pelota en la chancha, entre los cuerpos inermes de quienes también hacen fila junto a él.

La madre discute con los oficiales que la obligan a retirar a la chica morena de la zona de abordaje, pero es inútil, ella ya ha encontrado a su padre y se ha prendido, con los ojos cerrados, de su pierna derecha.

El padre la besa. Entonces, la chica morena lo suelta, pone sus manos sobre sus ojos y empieza a contar: 100, 99, 98...se salta al 25, y continúa en 10, 9, 8...

El padre avanza entre el 7, 6 y 5...Está cerca de la puerta de salida y con lágrimas en los ojos, se despide a lo lejos de su esposa.

La chica morena termina de contar, descubre sus ojos: su padre ha desaparecido. Regresa al lado se su madre, consuela sus lágrimas con un abrazo y un beso. Antes de irse a casa, la chica morena mira hacia atrás convencida de que si su padre era el mejor en el baloncesto, ella siempre lo superó en las escondidas...

100, 99, 98...25...

[P...Gracias!..Ya la encontré!..creo...]