Thursday, March 22, 2007

Escríbeme

Tengo la sensación rara de querer dormir, pero en las palabras. Me duelen los ojos y mis dedos que oprimen el teclado parecen no entender. Que día tan extraño. Después de un aguacero monumental, en el que los carros flotaban y los pies de la gente se zambullían entre basura, mugre, basura. Plantas, basura, besos mojados... yo miraba por la ventana del bus, sumergida en el propio aguacero que llevaba dentro. Vacío. Desgano por el futuro.

Y luego la sensación de alivio. Respiré, justo cuando el día ya era noche. Y la abrazé a ella. Siempre a ella. ¿No te he hablado de ella, verdad? Bueno, creo que no podría. Está en un lugar tan sagrado, que no podría volatizarlo en la web (me perdonarás). De ella, solo tienes que saber que el día en que no vuelva a estar conimgo, algo en mi habrá muerto. Y desaparecerá de mi vida toda razón, lógica o justificación. Bueno, calma, no soy lesbiana (lástima) y no te hablo de mi moza, ni de mi perra (no me alcanza el dinero para comprarme una) ni de alguna amiga imaginaria (mi locura no ha sobrepasado esos límites tan interesantes).

Y de nuevo vacío. Desgano por el futuro. Aunque me prometí no volver a hablarle, lo hice. Me arriesgué. Y como si hubiera saltado de un avión sin paracaídas fui a dar contra el suelo y aún sangro. ¿Lo sientes? Y lo peor es que estoy acostumbrada. Mi cuerpo es tan descarado que cicatriza cualquier herida en tiempo récord y vuelvo de nuevo. Un guiño; un chiste preparado con antelación; una caracajda. Cualquier cosa me invento para sentirle. Para morirme mientras me desangro.


Lo odio por matarme tan dulcemente. Lo odio por volver mi vida un absurdo y un mal guión de telenovela. Qué estupideces me hace escribir (y que mal escrito quedó éste texto). Mejor me detengo o terminaré, penosamente, citando alguna canción rídicula de Victor Manuel o, a falta de algo peor, de Reggeaton (De ser así, prometo volver al psicólogo)...

Escríbeme.